Consideraciones en la cama (I).

Si pudiera traerte hasta este espejo oxidado en el que me miro
si pudieras ver estas lágrimas a punto de salir a correr
si yo pudiera hacerte ver su pasado,
si tú te molestaras en creértelo.

Si esa paz en tus ojos pudiera ver esta guerra en los míos
si yo pudiera llevarte a la calma del ojo de esta tormenta
si pudiera hacerte ver el dolor desde mi esquina
si pudieras desnudarte sin sentir que te enfrío.

Pero sí, mucho mejor quedarme colgando
de tantas palabras amargas
que nadie entiende;

al final todos estamos solos.
Aunque tú haces
que me olvide de eso.

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