Ya no quiero ser yo


¿Por qué cantar?
olvídame, ya me he aburrido
¿Por qué cantar,
si ya no le encuentro sentido?
Por qué cantar,
¿por qué razón?, ¿por qué motivo?
¿Por qué cantar,
cuando ya todo esta perdido?

El mundo en el que vivo
es el mundo de la oscuridad
el mundo en el que vivo
es para vomitar
el mundo en el vivo
no está para mucho paripé...

Ya no quiero cantar
así que cantaré.

Voy a cantar
para olvidarme de mi vida
voy a cantar
necesito una emoción
voy a cantar
porque la cosa esta jodida
y cantaré
hasta hacer sangrar mi corazón.

Feliz navidad (o Mucha mierda a todos)

Y se sigue acumulando basura en cada canción que pasa,
los árboles pierden hojas,
el aire se calma y calienta,
parpadeo más de la cuenta,
empieza una nueva tormenta.

Nace la duda de la deuda,
las promesas incumplidas que
antes sólo eran proyectos estancados;

por qué regresas,
por qué regresas ahora,
con el viento soplando del norte
y sin enfriar las arañas de mi estómago.
Acaso sea necesario algo más de tiempo,
algo tan simple como eso,
arañas
muriendo

mientras el reloj frena y acelera
con cada burbuja que no encuentro.
Anoche fue un buen día
algo obtuso, pájaros de plástico
y enredaderas con espinas
pero un buen día al fin y al cabo

Anoche no me acordé de demasiada gente
es mas
ni siquiera recordé demasiado a alguien
anoche me bastaron las pelusas de mi ombligo

Hay días afilados como puñales
envueltos en paños de la seda más suave
hay noches en las que esperar que salga el sol
es lo único sensato, eso o una cama fria.

Hay días malos
en los que uno escribe en su blog
como si sirviera para algo.

Ingenios

Qué superioridad indiscutible la del capitalismo. Tan genialmente planificado (aún cuando en ocasiones ha de improvisarse a sí mismo) que en su abyecta misión de abrazar al mayor número de corderitos, no contempla siquiera la posibilidad humana, desesperada, superviviente, de agarrarse a un clavo ardiendo...

El capitalismo no permite los clavos ardiendo. Tan sólo son inocentes clavitos fresquitos, que poco a poco se calientan, imperceptibles, imparables, hasta que un día abres los ojos y te has fundido en su infierno.

demasiado vago para ser inconformista

Es tan cierto, amigo, los peces de colores vuelven al estanque, y las margaritas de nuevo crecen cogidas de la mano de su maestro. De un tiempo a esta parte tus heridas cicatrizan, cicatrizan como siempre has querido, al sol, con sal y despacio. Y se acerca la tormenta.

Puedes verla respirar entre cirrocúmulos y estratos, puedes percibir su música de remolino de ranas y cascos de caballos al galope, sus tonalidades ocres y naranjas balbuceando destellos opacos

y todo ese odio, esas ganas de tantas cosas, esa lista de relámpagos que no llegan a tierra, ese agua estancada en el cielo deseosa de precipitarse a las arrugas resecas de tus labios, esos gritos salvajes arremolinados impacientes encabritados demasiado vagos para ser inconformistas, furiosos golpearán contentos en troncos de árboles de planes trazados, borrados y repasados, tatuajes de tu memoria, vuela

vuela a ti, amigo, disfruta del viaje...

martes ocho de abril

Yo vengo paseando de una esquina incierta

y me dirijo al parpadeo sin reflejos ni sombras ajenas.

Yo vengo inventándome mis pasos y mis tropiezos

y desde el filo hiriente del olvido aprendo del recuerdo.
Hasta aquí de momento, adiós.
Es la última vez que te lo digo.

Te veré allí en los páramos que inventamos
allí donde la risa llovía inteligente y los cuervos
nunca robaban nuestros ojos abiertos.

Te veré en la arena que me salga de los bolsillos
cuando regrese de la otra orilla con el brazo
colgando, agarrada la carta que no has leído.

Te veré en las ciudades que nos unieron, aunque no estuvimos
te veré bajo el sol de diciembre, con el brazo
enredado en otro brazo que no es el tuyo, ni por supuesto el mío.

(Y aún hay quien me pregunta
por qué no vernos como buenos amigos)
paseo con los pies descalzos por los números afilados del calendario
y cada domingo es el mismo atardecer y el suspiro se repite
despacio y cruel, leve y rotundo, bálsamo para masoquistas

improvisando borracho a veces sale algo guapo.

porque me diluyo como viento en el aire
sin saber dónde delimitan mis fronteras
porque la razón no atiende mis razones
ahora que asumo tu ausencia provocada

porque ser o no ser ya no es la cuestión
porque nos bastaba con respirar del otro
y si a veces acompañaba la dulce asfixia
jamás nos ganó nadie jugando al cíclope

Ahora vuelvo a dudar de mi duda
mientras la silla me abraza borracho
y la serenidad de tus palabras me castiga
y he de reconocer que no te faltan razones.

Ahora, desnudo, no me fío de mi experiencia
y tus argumentos cobran fuerza en la lejanía
no sabría decir exactamente por qué
pero nunca besarte ha tenido tanto sentido como ahora.

Y sin embargo está la decisión asumida
nuestro particular harakiri en el alma
y sin embargo no puedo matar la esperanza

y cómo duele huir en dirección contraria!
la coherencia desgranándose entre suspiros
y la casualidad esperando en la distancia.

Huellas en la lluvia

y el miedo empuja y paraliza a la vez
y la duda camina de la mano con el aire
a veces me veo sabio en mi ignorancia
y algunas veces el pasado nos juega una mala pasada.

Ahora ya no tengo miedo de perder
básicamente porque no tengo nada que apostar
es más bien un paseo por la orilla de aquel miedo
buscando olvido, perdiendo el miedo a ganar.

Aguas cristalinas como tu risa,

guijarros redondos como tras una sorpresa

Flecos de música de la noche anterior,

mechones despeinados por la brisa


Guijarros redondos como tras una sorpresa,

Dulce espuma de mar acaricia mi cabeza

Qué grandes pueden ser las cosas corrientes

Cuando te propones verlas de forma diferente

Silencio

Nadando en contra de la marea

Murmullos

También las miradas saben acariciar la arena

Aclaración

escribir un poema es también como el sexo,
aunque curiosamente
uno puede disfrutar del sexo
plenamente
disfrutar sin llegar al orgasmo
(al menos en los primeros rounds)

y sin embargo no ocurre lo mismo
con la poesía,
con la poesía ha de existir ese cenit;
normalmente en los dos últimos versos
y personalmente

no tengo problemas con mis huevos
tras una maratoniana sesión de sexo sin correrme
pero intentar un poema y no terminarlo
me infla rápida y dolorosamente los cojones.

Dulce castigo.

Una montaña bidimensional. Dos laderas,
yo en la cumbre.
Un deseo, una certeza, una duda,
silencio.

No déis jamás palos de ciego en el amor.
Ninguno de vosotros se merece eso.

Mucho mejor estar solo
que mal abandonado.

Todo el mundo a sus quehaceres.

Duele pensar que a tu lado el dolor se torna caricia

Cuesta confesar tu maldición de agujero negro

Asumo tu realismo, intangible y tan material,

asumo también mi derrota.


Puedo inventarte excusas, ruidos,

puedo ignorar tu magnitud terrible

tu crueldad transparente e insípida

y sin embargo está el ácido en el estómago.


Porque no existe nada más injusto que el silencio

cuando la interrogación se convierte en mi sombra,

en mi almohada,

y en mi luna menguante.


Porque la pregunta nace inevitable como el viento.

Porque en ti, silencio, las sentencias bailan en el aire,

navegan en los suspiros, se bañan en las lágrimas

y toman el sol en los párpados fríos.


Desde luego nada peor que el silencio

cuando cada pisada engendra una duda y

cada duda exige explicaciones.


Nada más cruel, cuando ya te volviste aire

y sé que en tu ser abrigas las respuestas.

Nada más cruel, ahora que eres aire

y mis pulmones no pueden abrazarte.