Duele pensar que a tu lado el dolor se torna caricia
Cuesta confesar tu maldición de agujero negro
Asumo tu realismo, intangible y tan material,
asumo también mi derrota.
Puedo inventarte excusas, ruidos,
puedo ignorar tu magnitud terrible
tu crueldad transparente e insípida
y sin embargo está el ácido en el estómago.
Porque no existe nada más injusto que el silencio
cuando la interrogación se convierte en mi sombra,
en mi almohada,
y en mi luna menguante.
Porque la pregunta nace inevitable como el viento.
Porque en ti, silencio, las sentencias bailan en el aire,
navegan en los suspiros, se bañan en las lágrimas
y toman el sol en los párpados fríos.
Desde luego nada peor que el silencio
cuando cada pisada engendra una duda y
cada duda exige explicaciones.
Nada más cruel, cuando ya te volviste aire
y sé que en tu ser abrigas las respuestas.
Nada más cruel, ahora que eres aire
y mis pulmones no pueden abrazarte.
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