porque me diluyo como viento en el aire
sin saber dónde delimitan mis fronteras
porque la razón no atiende mis razones
ahora que asumo tu ausencia provocada
porque ser o no ser ya no es la cuestión
porque nos bastaba con respirar del otro
y si a veces acompañaba la dulce asfixia
jamás nos ganó nadie jugando al cíclope
Ahora vuelvo a dudar de mi duda
mientras la silla me abraza borracho
y la serenidad de tus palabras me castiga
y he de reconocer que no te faltan razones.
Ahora, desnudo, no me fío de mi experiencia
y tus argumentos cobran fuerza en la lejanía
no sabría decir exactamente por qué
pero nunca besarte ha tenido tanto sentido como ahora.
Y sin embargo está la decisión asumida
nuestro particular harakiri en el alma
y sin embargo no puedo matar la esperanza
y cómo duele huir en dirección contraria!
la coherencia desgranándose entre suspiros
y la casualidad esperando en la distancia.
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