Ahora

Soy el llanto ahogado que nadie comprende
la distancia exacta entre la intención y el beso
soy una confesión terrible al oído de un sacerdote muerto
el peor error de un malcriado presuntuoso.

Soy el gesto arrepentido que jamás se deja ver
y seré el perdón que nunca nacerá de mi boca
Voy a ser el nivel atento de tus pasos
para no ocasionarte ni uno más en falso.

Y mientras tanto voy a morirme un rato
o dos, si lo viera necesario esta tarde
porque hasta los muertos necesitan descanso.

Y voy a prenderme fuego sin llamas
para quemar los poemas que no he escrito.
Soy la ceniza de las palabras que nunca quise olvidar.

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