A un deporte.

Sigo viendo señales, no desaparecen y
todas me dicen que te deje, pero
la esperanza es tan dura y fría que
ya no necesito de la risa para
invocarte en un bonito futuro donde
caminamos contentos hacia la muerte, entonces
seguiré bailando mi vals más melancólico a
tu lado oscuro y desagradecido y cruel porque
sobrevivirte es mi orgullo y un posible destino, aunque
para ser realistas
estaré muerto
mucho antes
que tú.

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